Transformar por su cuenta y riesgo una línea continua en discontinua le ha costado caro a un vecino de Castrillón. Sucedió en el punto kilométrico 107,2 de la N 632.Cansado, probablemente, de no poder salir de su finca en el sentido de circulación que más le interesaba, un buen día se armó con una brocha y un bote de pintura negra. Y ni corto ni perezoso, se puso a borrar, pintándola de negro asfalto, varios pequeños tramos de la línea central de la carretera, que gracias a esta artimaña pasaría de continúa a discontinúa. Así podría salir de casa en el sentido deseado, y sin pisar raya continua.
No todo salió como esperaba. La Guardia Civil le sorprendió in fraganti, brocha y bote en mano, a punto de acabar el trabajo, e interpuso contra él una denuncia como presunto autor de un delito contra la seguridad vial. El juicio se celebró en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Avilés, y la sentencia le condena a una multa de 12 meses, a razón de cuatro euros diarios, y 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad, además de las Costas.