Hector Pineda no ha tenido hoy su mejor día. Después de visitar al juez para defenderse de la acusación de haber violado la ley que prohíbe el consumo de alcohol en las calles de California, a este residente de Covina, al este de Los Ángeles, no se le ocurrió mejor idea que abandonar el juzgado en una bicicleta robada.Ante la atónita mirada de los agentes de policía que custodiaban el edificio, Pineda, de 45 años, se acercó a la bici, forzó el candado y casi arrancó la valla en la que estaba sujeta, según relata el diario Los Ángeles Times.
Los oficiales no tardaron en detener al presunto ladrón de bicicletas, que en un primer momento argumentó que era suya pero había olvidado la llave.
Después de que el verdadero propietario se personase para identificar la bicicleta, Pineda volvió al calabozo del juzgado en el que empezó una jornada para olvidar.